La "locura" de Milei (y los argentinos)
- Georgina Paolino
- 15 nov 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 nov 2023
Evaluar la emocionalidad de los candidatos aisladamente puede ser un error. Si buscan representar a los argentinos deberían representar sus emociones básicas y conectar con lo que están sintiendo. Y ahí, quizás, Milei tenga más que una debilidad, una oportunidad.

Entre el mar de acusaciones cruzadas en esta larga campaña electoral, han destacado las dudas sobre el carácter de Javier Milei, que lo califican como un "loco" o "desequilibrado".
Su emocionalidad a flor de piel ha despertado tanto fanatismo, en parte, porque una importante porción de la ciudadanía siente esa misma bronca y esas ganas de “romper todo”.
Sin embargo, hay otro segmento de la ciudadanía (que incluye al “círculo rojo”) que siente que la figura presidencial debería, al menos, mostrarse como sobria, racional, seria... institucional.
Se trata, en definitiva, de estilos de liderazgo.

Tal como se observó en el último debate, Sergio Massa aparece como el perfecto político: sereno, templado, casi inconmovible.
Con una respuesta precisa para todo. Preparado. Estudioso. Con experiencia.
Por su parte, Javier Milei aparece como un político diferente: emocional, inexperto, desconocedor de las herramientas del poder. En crudo, sin ediciones ni entrenamiento.
¿Quién representa mejor a los argentinos hoy?
La caracterización de Milei como un “loco” puede ser entendida como una debilidad o como una oportunidad en este contexto.
¿Acaso no estamos todos un poco locos en este país? ¿No vivimos como locos con un 140% de inflación anual? ¿No es de locos que hagamos las compras en 5 supermercados diferentes o esperemos desde las 4 de la mañana por un turno en un hospital?
¿No nos vuelve locos el miedo a que nuestros hijos no vuelvan del colegio?
Tantas cosas normalizamos los argentinos en tantos años de inestabilidad política, social y económica. Quizás por eso somos los reyes de la terapia en el mundo.

Si esa fuera la interpretación, el candidato libertario estaría en mejores condiciones de representar el humor social de los votantes, gracias a su expresiva “locura”. Y podría convertir una debilidad en fortaleza.
En ese sentido, Massa podría hasta generar desconfianza por su tranquilidad extrema. ¿Acaso no le preocupa la inflación y la pobreza del país? ¿No lo pone nervioso ser el ministro de esta economía? ¿Por qué no expresa emocionalidades acordes al sentimiento de tantos argentinos? ¿Qué enmascara?
Sobre identidades y campañas
El punto de partida de toda campaña electoral es entender al candidato, sus atributos y debilidades, y las oportunidades de comunicación que tiene desde quién es.
Ese análisis debe estar necesariamente enmarcado en el escenario específico en el que se desarrolla la contienda electoral. Esto incluye el mapa emocional de los votantes a los que queremos llegar.
Entender qué sienten es fundamental para que el candidato sintonice con la emocionalidad que prevalece, siempre en el marco de su identidad política.
Así podrán desarrollarse mensajes que contengan esas percepciones y que permitan al candidato convocar a un futuro mejor.
¿Cuál de los candidatos entendió la emocionalidad de los argentinos en 2023? ¿Será la bronca? ¿Será el miedo? ¿Será la vergüenza?
En este punto de la campaña electoral sólo resta esperar unos pocos días para dilucidar quien es más representativo del sentir argentino: si el político “loco” o el político “perfecto”.
Commentaires