¿Qué hacen los equipos de comunicación los últimos días de campaña?
- Georgina Paolino
- 19 sept 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 29 sept 2023
Prácticamente, nada. Mantener coherencia en las acciones territoriales y en el mensaje de
campaña es la tarea central en el sprint final. Y, por supuesto, pedir el voto a la ciudadanía.
La comunicación es un proceso que inicia con una audiencia fría que se va calentando de a
poco. Primero te conoce. Luego siente algo. Finalmente actúa.
En política, el votante debe conocer al candidato, luego sentir algo por él que lo lleve, al final, a
votarlo.
Este proceso no ocurre en una semana, sino a lo largo de una campaña electoral, que se
desarrolla por eso mismo en diferentes etapas.

Actividades de las últimas semanas
El final de una campaña corresponde al momento de maduración de la relación entre el
elector y el candidato. Es cuando apuntamos a la “conversión”, que en comunicación electoral
es el acto de votar. Es la etapa del “pedido de voto”, cuando la ciudadanía está más en sintonía
con la coyuntura electoral y presta más atención a la política.
No siempre ocurre que se respetan las etapas del proceso de comunicación electoral.
Hay candidatos que piden el voto 4 meses antes de la elección, cuando ningún ciudadano tiene
en su mapa mental el ir a votar.
También hay otros candidatos que consideran mejor desarrollar una catarata de acciones de
comunicación en los últimos días de campaña, como si el votante fuera a convencerse gracias
a miles de mensajes. Por insistencia.
No es conveniente saturar al ciudadano con contenido justo cuando se siente abrumado por la
cantidad de información política en circulación. Presencia en televisión, radio, callejeras,
carteles en vía pública, folletos, mensajes de WhatsApp, publicidad en redes sociales… el
votante siente que la contaminación del espacio público es total.

Como en un examen
La realidad es que lo que no hicimos durante la campaña hasta ahora, no puede conseguirse una semana antes.
Como la noche anterior a un examen, lo que no estudiamos en el tiempo previo no podemos
aprenderlo en las horas finales.
Lo mejor es confiar en el proceso de comunicación electoral que se viene desarrollando en los
meses anteriores.
Esto es, hay que mantener un discurso coherente con lo hecho hasta el momento, evitar
sobreactuaciones de último momento que generen emociones indeseadas en el votante (ira,
miedo, tristeza, asco, vergüenza) y mostrarse cerca de la ciudadanía.








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